jueves, 2 de octubre de 2014

Los cambios de estaciones...



Este cuento narra cómo suceden los cambios de estaciones para pasar del verano, al otoño y de éste al invierno y después a la primavera, todo con la ayuda de un poco de magia...

Cambio de estación, un cuento infantil

Larisa había nacido en septiembre, la madrugada en que el verano y el otoño se daban la mano. Por eso, por ser una niña a medio camino entre el sol y la lluvia, Larisa era alegre y resplandeciente, pero también pensativa, nostálgica y a veces un poco llorona.

A Larisa le gustaba tostarse al sol y pasear bajo la lluvia. Le gustaban los helados y las sopas calientes, las mantas a cuadros y los bañadores de volantes. El calor y el frío. El verano y el otoño. Septiembre.

Por eso, el año que Larisa cumplió 8 años recibió un regalo muy especial. No creáis que se lo hizo mamá, ni papá, sino el viejo vecino del primero. Se trataba de una bola de cristal con una ciudad en miniatura dentro.
Una bola mágica hace cambiar las estaciones del año

- La ciudad que hay dentro es la nuestra. ¡Agítala!

Y al hacerlo, Larisa observó sorprendida como la ciudad no se llenaba de nieve sino de una lluvia de hojas de colores.

- ¡Es preciosa! Muchas gracias.

- No es solo preciosa. También es mágica.

- ¿Mágica?

- Claro. Es la bola de los cambios de estaciones. Solo alguien que haya nacido entre una estación y otra puede tenerla.

- ¿Y qué puedo hacer con ella? – preguntó con incredulidad Larisa.

- Utilizarla con inteligencia. Cada vez que agites tres veces seguidas esta bola, cambiará la estación.

Larisa agitó tres veces la bola y observó maravillada como las pequeñas hojas de colores cubrían la ciudad en miniatura. De repente un fuerte estruendo la asustó.

- ¿Qué ha sido eso?

- Una tormenta. Va a empezar a llover.

- Pero si hacía un sol impresionante. ¿Cómo es posible?

- Porque has agitado tres veces la bola mágica. Esta bola controla las estaciones y ahora tú eres su guardián.

- ¿Yo? Pero si solo soy una niña…

- Pero solo las personas que nacen entre estaciones pueden tenerla. Yo nací entre el invierno y la primavera y tú entre el verano y el otoño.

- Está bien. Yo guardaré la bola mágica. Solo la agitaré tres veces cuando cambien las estaciones.

Y así lo hizo. Cada tres meses, en todos los cambios de estaciones, Larisa cogía su bola mágica y la agitaba tres veces. Entonces, contemplaba emocionada como el cielo cambiaba de color y daba paso a una nueva estación. Del otoño al invierno, del invierno a la primavera, de la primavera al verano, del verano al otoño y vuelta a empezar. Un año. Y otro. Y otro. Y otro…

Las estaciones fueron pasando y Larisa se acabó convirtiendo en una anciana despistada a la que poco a poco se le iban apagando los recuerdos. Primero olvidó dar de comer a su gato, y el pobre tuvo que buscarse otra dueña. Luego se olvidó de pagar los recibos de la luz y acabó viviendo a oscuras. Por último, se olvidó de aquella bola mágica que cambiaba las estaciones.

Y así ocurre ahora: el tiempo es un caos. Un día llueve y al siguiente hace un calor terrorífico. De repente viene el frío invernal y al momento corre un delicioso viento primaveral. ¿No os habéis dado cuenta?

Es la vieja Larisa que agita tres veces su bola mágica sin saber muy bien para qué. No recuerda nada. Solo sabe que espera a alguien que haya nacido entre una estación y otra.

Un niño o una niña que sea mitad primavera, mitad verano. Mitad otoño, mitad invierno. Algo así…

Escritora e ilustradora
Blog de cuentos infantiles
Cuento a la vista

martes, 23 de septiembre de 2014

'Una siesta de doce años'



'Una siesta de doce años' Carles Capdevila / Periodista.

Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa. Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca. Sorprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga. Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba.

Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años.

Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra, allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera. Los maestros hacen algo más que huelga o vacaciones, y la educación es bastante más que un problema. Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos. Sé que mi doble condición de padre y periodista me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista esta semana).

Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea ‘fracaso’ y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto ‘problema’, y que ‘maestro’ suela compartir titular con ‘huelga’.

La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy callado, por si acaso. Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos? Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawái están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.

Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad. ¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas, en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía? Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que aprenderán de él.



Carles Capdevila / Periodista.

jueves, 29 de mayo de 2014

Sembrando valores en cada rincón...


Desde hoy podéis encontrar el acceso a mi blog desde la página web de l'Alcúdia; ¡gracias por la atención que ofrecéis a la ciudadanía!





Lovely blog award

                               

Primeramente agradecer a "Por ti, por mí y por todos mis compañeros", de Gloria Hernández Dolz, el concederme este premio y pedirle disculpas por no haber respondido antes...estudiar y trabajar deja poco tiempo para blogear.

Una vez dicho esto, ¿Cuáles son las condiciones para recibir este premio?
Agradecer el premio a quien te lo concede y hacerte seguidor de su blog.
Responder a las 11 preguntas que se efectúan más abajo.
Conceder el premio a 11 blogs que acaben de empezar o que tengan menos de doscientos seguidores y que te gusten.
Hacer 11 nuevas preguntas a los blogs premiados.
Informar del premio a cada uno de los blogs.
Visitar los blogs que han sido premiados junto con el tuyo.


Las preguntas que se me han planteado son las siguientes:

  1. ¿Por qué comenzaste tu blog? Fue primeramente una propuesta de la asignatura de TIC's de mi Universidad; aunque finalmente tuve la suerte de que me la convalidaran. Pero siempre me ha gustado la informática, y ya había empezado a trabajar en el blog. Así, motivada por poder usar la red para llegar a todo el mundo, hablando de lo que considero el pilar fundamental de toda civilización: la EDUCACIÓN, ya no me podían parar. Es cierto que dedico poco tiempo al blog, pero cuando encuentro algo interesante en mi cabeza o en algún rincón de la web siento la necesidad de compartirlo. 
  2. ¿Cuál es, para ti, el objetivo de dicho blog? Compartir noticias, intereses, curiosidades, plasmar ideas...alrededor del término EDUCACIÓN y todo lo que la pueda rodear. 
  3. ¿Cuál es tu profesión? Futura maestra y pedagoga. Actualmente estudiar para poder aportar mi granito de arena en esta sociedad, porque para mi ser maestra es una misión por la que luchar cada día. 
  4. ¿Qué significa para ti tu profesión? Ser maestra significa ser un ejemplo a seguir por cada uno de tus alumnos, sin olvidar que los seres diminutos que tienes en tu poder gran parte del día son la sociedad del futuro. 
  5. ¿Nos contarías alguna anécdota que has vivido en tu trabajo? Sólo llevo unos cuatro o cinco años, que gracias a mi trabajo en comedores escolares, escuelas de verano, etc. y las prácticas del grado he podido disfrutar de mil anécdotas. Los niños son tan puros que son capaces de hacerte sonreír, incluso en el peor de tus días. Por ejemplo en mis últimas prácticas, recuerdo con cariño el día que un alumno entró en el aula y dijo: - ¿Sabéis qué chicos? Mi hermana tiene el pelo naranja; y la llaman pelirroja. (Aún me provoca la risa cuando recuerdo lo emocionado que estaba con su descubrimiento este alumno) 
  6. ¿Cómo sería el mundo utópico para ti? Un mundo donde no existieran las diferencias, los conflictos ni las armas. 
  7. ¿Cómo sería el infierno para ti? No poder expresar mis ideas, no poder luchar contra lo que me oprime...vivir en un mundo sin amor sería el mismísimo infierno. 
  8. ¿Qué es lo que más deseas en el mundo? La lista sería interminable...pero lo justo sería que todos fuésemos iguales. 
  9. ¿Dónde no irías nunca? Soy una persona que no le gusta que "me lo cuenten"... así que pienso ir a todas partes. 
  10. ¿En qué pais te gustaría vivir? ¿Por qué? Me quedo con el mío, España, porque aquí están las personas que quiero. Además tenemos grandes riquezas culturales y paisajistas, sólo necesitamos alguien que sepa gestionarlas igualitariamente. 
  11. ¿Cómo sería tu sistema educativo ideal? Pienso que esta pregunta tendría infinitas respuestas, y que para llegar a todos este debería de ser individualizado a cada persona y inclusivo, es decir,que en él haya un espacio para todas las personas. 

Las preguntas que planteo a los demás blogs son:

¿Cómo la o lo defines...?

  1. El amor... 
  2. La paz... 
  3. La felicidad... 
  4. La guerra... 
  5. La tristeza... 
  6. La risa... 
  7. La amistad... 
  8. El perdón... 
  9. La humildad... 
  10. El valor... 
  11. El respeto... 

Por último doy el premio a:
  1. Via Armachi
  2. Rompiendo barreras, abriendo puertas
  3. Aula musical d'Heretats
  4. Blog del saxofón
  5. Carmen Barrachina
  6. Curiosidades de unas futuras maestras
  7. El orientador del cole
  8. El cauet
  9. Narración Bíblica y Educación
  10. Pasikios Cortos
  11. Em cau el moc

martes, 20 de mayo de 2014

Bésame mucho




Un libro tierno para personas que quieran educar a sus hijos con mucho amor, además de una propuesta alternativa a otras más radicales como método Estivill.

Para saber más: ¿Por qué no usar el método Estivill? En este blogger encontramos la respuesta: http://naceunamama.com/600/por-que-no-hay-que-aplicar-el-metodo-estivill

Siendo estudiante de ciclos formativos, me propusieron la lectura de Bésame mucho, Dormir sin lágrimas o el método Estivill. Sin duda alguna, me quedo con Bésame mucho, del pediatra Carlos González. También es verdad que la elección dependerá del estilo de cada hogar, pero si dedicáis unos minutos a la lectura del artículo del método Estivill estoy segura que vuestra elección cambiará. 




martes, 6 de mayo de 2014

Educar las emociones a través del cuento







En este libro podemos encontrar una herramienta para trabajar las emociones, algo que está muy en auge debido tal vez a la carencia en educación de estas. 
Dedicamos gran número de horas a la enseñanza de números y letras, pero olvidamos que detrás de ello hay una persona. Una persona qué será en un futuro, no muy lejano, juez, médico, enfermero, barrendero...¿Y cuando tenga un conflicto, del tipo que sea, sabrá gestionarlo?
De ahí, la importancia de trabajar la educación emocional.

Educar las emociones a través del cuento, Begoña Ibarrola, Ed. sm

La felicidad según los niños

Un libro escrito por niños, para adultos.



"Hay felicidad si tu la regalas" Christopher Hoare, 11 años

"La felicidad es cuando tienen que sacarte un diente y entonces se te cae él solo" Kimberley Olsen, 10 años

"La felicidad es como una enfermedad. Se pega" Simon Elliot, 11 años

En notables ocasiones he pensado: - Si dedicásemos unos minutos a escuchar lo que piensan los niños...- y casualidades de la vida que dí con este libro que con tanto afán he leído. Al recorrer sus página he podido observar que la sinceridad, ternura y humildad con la que nos hablan los más pequeños y algunos pre-adolescentes puede inundarnos de ideas, comprensión y una pizca de alegría con sus comentarios un tanto cómicos en algunas ocasiones.
Os animo a leerlo: padres, madres, futuros docentes...y cualquier persona que tenga ganas de pasar un buen rato.
Arriba os dejo algunas frases textuales del libro para que podáis quedaros con buen sabor de boca.

La felicidad según los niños, ediciones 29

viernes, 2 de mayo de 2014

El viaje de María


Viaje que muchos padres han de emprender, con miles de puertas que llevan a senderos llenos de interrogantes para llegar finalmente a la puerta que dice: Autismo.



martes, 25 de febrero de 2014

Educar

Educar es lo mismo que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pesar, equilibrar
y ponerlo todo en marcha.

Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino… 
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.



Pero es maravilloso soñar mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño, ese joven
irá muy lejos por el agua.



Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras, de conocimientos y sabiduría,
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.



Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá,
 nuestra bandera enarbolada.

Gabriela Mistral

viernes, 21 de febrero de 2014

Hay cuerdas que te atan, otras te dan libertad...


Cuando oímos la palabra cuerda podemos pensar en algo que nos ata, que nos ahoga e incluso nos corta nuestra libertad. Pero para el protagonista de este vídeo, una pequeña cuerda es la unión de una bonita amistad que nunca olvidará...

Imagen relacionada


Hubo un tiempo que no estaba disponible en la web pero he encontrado lo que parece ser un fragmento y además os dejo abajo la entrevista al director del corto y padre del protagonista.






miércoles, 5 de febrero de 2014

La receta perfecta

Hay días que somos astronautas, algunos jardineros, a veces enfermeros,... Pero lo que no tenemos que olvidar es que ser maestros conlleva ser modelos a seguir. 
Nunca pensé en tan poco tiempo, llegar a ser maestra. En mi tercer año de grado, me cuestiono si en un año más  estaré cualificada para ejercer de maestra... Pero no olvidemos que hay una herramienta de la que no todo el mundo dispone, a mi padecer imprescindible, como es la VOCACIÓN. Concepto difícil de entender, y el cual algunos lo despiertan más tardíamente, y el que nos permite crear la receta perfecta para enseñar. 
Receta compuesta por una pizca de valor, gran cantidad de paciencia y ternura, responsabilidad y no olvidemos rectitud en la justa medida y en los momentos oportunos. Esta receta sólo es posible que la elabore una persona con valores de gran cualidad, muchas ganas de enseñar y también de aprender...porque muchas veces son ellos los que nos enseñan a nosotros.